martes, 23 de febrero de 2016


Las Huellas del Venado
Capitulo 1 


Nada es casualidad en la vida, las personas que encontramos en el camino y que después se convierten en nuestros amigos; están cerca de nosotros para enseñarnos algo. Este blog esta dedicado a las personas que mas me han influenciado en mi vida, dándome buenos consejos, guiándome y ayudándome a ser mejor persona cada día. En esta serie titulada "Las Huellas del Venado" cuento algunas anécdotas personales sobre el Peyote (Lophophora Williamsii).Cambie los nombres de algunos amigos y también de algunos lugares, con el propósito de volver mas interesantes las anécdotas que relato y proteger algunos sitios que visitamos. Espero que te guste y te ayude a conocer un poco mas acerca de esta especie endémica de México.

Un especial agradecimiento a Ale Irurzo por ayudarme con el nombre del Blog.



Para hacer eficaz el empleo de las plantas de los Dioses
ha de insertarse en una visión del mundo y del trasmundo,
una escatologia, una teología y un ritual. 

Las drogas, las practicas y los ejercicios de meditación 
no son fines sino medios. Si el medio se vuelve fin se convierte 
en agente de destrucción. 
El resultado no es la liberación interior sino la esclavitud,
la locura y no la sabiduría, la degradación y la no visión. 

La acción de los alucinógenos es doble: 
son una critica de la realidad y nos propone otra realidad.
El mundo que vemos, sentimos y pensamos aparece
desfigurado y distorsionado; sobre sus ruinas se eleva otro mundo,
horrible o hermoso según sea el caso,
pero siempre Maravilloso. 

                                                        Extraído de "La Mirada Anterior" por Octavio Paz 

martes 29 de Diciembre de 2015

Viajamos en dirección al norte aproximadamente a 1 hora de la ciudad. Nos dirigimos hacia aquella vieja base espacial que se encuentra un poco mas allá de Marvalar en algún lugar del desierto en San Luis Potosí. Martín ya me había contado de ese lugar y me llevo hasta ahí con la única condición de que no revelara su ubicación o llevara a alguien mas, Pipe que también venia con nosotros me tapaba los ojos en algunos tramos para que yo no pudiera recordar como llegar.

Al llegar no pude evitar sentirme algo nervioso, el sitio en el que nos encontrábamos parecía estar deshabitado, ademas había escuchado historias de los conflictos que existen en torno al peyote. Martín me calmo un poco diciéndome que habían visitado este lugar al menos unas 30 veces y que en ninguna de sus visitas habían tenido algún problema con nadie. Comenzamos a caminar llevábamos con nosotros mandarinas, chocolate y agua; no paso mucho tiempo para que llegáramos hasta un pequeño árbol con forma de Venado saliendo de la tierra, alrededor de el había muchos peyotes y un circulo de piedras marcaba el punto.

Me pareció curioso que el árbol tuviera esa forma ya que según la tradición Wixarika, el Hermano Mayor Venado Azul (Tamatsi Maxa Yuawi) es capaz de convertir las huellas de sus plantas en cactus de peyote. Martín se arrodillo frente a una pequeña familia de peyotes comenzó a hacer un ritual que consistía en darle al peyote agua, adornarlo alrededor con pequeñas piedras y darle chocolate; me dijo que yo tenia que hacer lo mismo con el siguiente peyote que encontrara y que después de realizar estos pasos le hiciera una petición y platicara con el para después poder proseguir a comer el segundo peyote que encontrara.

Hice lo que me dijo Martín, me arrodille frente al primer peyote que encontré, realice cada uno de los pasos pero al llegar a la parte en la que tenia que platicar con el, no sabia que platicar puesto que nunca antes había platicado con un cactus así que preferí cantarle una canción de Gustavo Cerati, supuse que le agradaría mas que escucharme hablar de mis cosas raras. De pronto pude ver que alguien se acercaba montando un caballo, parecía ser un huichol, lo salude cordialmente pero no contesto a mi saludo, siguió su camino y yo continué el mio hasta encontrarme con un peyote joven de 5 gajos, que también son conocidos como "estrellas".

Lo corte por la parte superior tratando de no dañar la raíz para luego cubrirlo con tierra. Le quite la parte del centro y las finas púas que tenia. Mastique cada uno de sus gajos al mismo tiempo que masticaba los gajos de una mandarina, aunque su sabor no me pareció tan desagradable como me habían contado que era. Cuando termine comí una barra de chocolate y volví a reunirme con Martín y Pipe, caminamos hasta llegar a un punto mas alto y nos sentamos a observar.

Mientras platicábamos acerca del desierto y los misterios que hay en el, me encontraba un poco ansioso, esperando tener un día de mucha actividad visual, pero fui incapaz de hacerlo... En cambio comencé a pensar en muchas cosas y comprender muchas otras acerca de mi mismo, se trataba de un viaje mas introspectivo y aquel sitio que parecía estar deshabitado estaba lleno de vida y era maravilloso. Camine y jugué con algunas piedras, me sentí como un niño en un mundo extraño, como si estuviera aprendiéndolo todo de nuevo. La tarde estaba por terminar y tuvimos que volver al coche para regresar a casa. De regreso pude tomar algunas fotografías del cielo que era fascinante... todo lo que nos rodeaba lo era, hasta que volvimos al ambiente urbano en el que prevalecen las cosas hechas por el hombre.

Aquel fue un buen día pude cerrar los ojos y seguir viendo estrellas, en los días siguientes pensé muchas veces en todo lo que había pasado, ya que lleva tiempo comprenderlo todo, no puedo esperar a volver a aquel sitio.